En estas tierras nuestras el agua es un verdadero tesoro; es escasa, caprichosa e imprevisible. Cada gota, como auténtico elixir de vida, es capaz de fecundar todo a su alrededor. Y en ese todo estamos nosotros.
Nuestra personal disolución de poesía en el agua se derramó generosamente el pasado jueves y nos dejó ver, reflejadas en su superficie cristalina, las imágenes de las pinturas de Esteban Bernal.
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